El susurro de un cansancio pesado como un bunker
Se abstrae de nada y deviene un algo de concreto,
Un peso muerto, que desciende.
Caída libre de la mónada y su desgarradura:
El viento que corroe y acaricia hilachas de la piel
Se embebe y limpia la sangre, le limpia el camino
Le besa la mejilla a la sangre futura, la entrepierna,
La vulva de la sangre futura,
La matriz, el ingenio ferroso del aire, de su andar y su volver,
De su deambular a borbotones por la plaza publica.
Hay que distraer su camino terroso y sagrado,
Su Adán armado de palabras filosas, de ramas
Y oler lo rojo, ese elixir que solo huelen los ojos.
Comele entonces el clítoris amplaquetado de placer
Brindale endorfina coagulada al futuro
3 comentarios:
Bueno voy a hacer un comentario público: Me gusta!
Igual ya los detalles de mi juicio (precario y quizás hasta ignorante del todo) te los daré en persona..
Besos miles.
Che, indagando en la configuración borré un comentario: censura involuntaria.
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